Aprender a Fluir


En muchas ocasiones, las personas nos preocupamos por el futuro incierto, cosas que podrían o no suceder, situaciones pasadas, culpas, sentimientos de inconformidad e inclusive invertimos mucho tiempo recreando historias de lo que pudo o no haber sucedido; invirtiendo toda nuestra energía mental en autoinflingirse emocionalmente. 

No implica esto sumergirse en la pereza, pasividad o dejar de hacer las cosas; todo lo contrario ocuparse de las cosas evitará caer en las inacabables auto-disputas; y es que el diálogo interno es sumamente poderoso, pero es preciso controlarlo para tener una visión más objetiva de nuestras preocupaciones y aprender a fluir.

Aplicar el viejo principio “Si tiene solución, porqué te preocupas. Si no tiene solución, porqué te preocupas”. No es tan sencillo como lo parece, pues no se trata de obviar los problemas sino de entenderlos en su justa medida, visualizar todas las alternativas existentes para poder tomar las acciones pertinentes.

En lugar de preocuparte, ocúpate ;algo que no te conducirá a nada, es justo ese diálogo interno lleno de reclamos y culpas, de manera que el dialogo debe enfocarse para que sea constructivo, capaz de visualizar alternativas.

Aprender a confiar en la fluidez de la vida, es sumamente básico, recuerda que las hojas de los árboles no dejan de moverse, los automóviles siguen, tu torrente sanguíneo sigue su curso; la vida continua y tus capacidades están esperando por nuevos escenarios y oportunidades donde ponerse a prueba.

Confía en el curso de la vida y en ti, el temor al fracaso te hará fracasar.

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